La estrella adolescente del pop ha presentado en Madrid un documental sobre su vida antes del concierto en la capital, al que le seguirá otro mañana en Barcelona.
El torbellino que deja tras su paso el joven cantante Justin Bieber deja sensaciones agridulces. Un concierto en Madrid, otro en Barcelona y la presentación del documental sobre su vida son las tareas que el ídolo internacional de jóvenes y adolescentes tiene en su visita a España.
Tras un desencuentro con los fotógrafos esta mañana en el Palacio de los Deportes—al evitar el tradicional posado— ha comparecido ante los medios para responder preguntas sobre el documental autobiográfico, Justin Bieber: Never Say Never, que se estrenará el 15 de abril y que en el primer fin de semana de emisión en Estados Unidos recaudó 22 millones de euros.
El cantante, que confesó no conocer ninguna canción en castellano, insistió en que tiene "los pies sobre el suelo" y, con gesto serio, se negó a hablar de los sucedido minutos antes con los fotógrafos a los que dio esquinazo.
El icono adolescente del pop ha logrado agotar las 18.000 entradas a la venta en el Palau
Esta noche actuará en el recinto madrileño ante un entregado público que desde hace horas espera en los alrededores del Palacio de los Deportes, un lugar que el divo canadiense del pop contempla con preocupación: "En este recinto no hay butacas en la pista y eso a veces provoca que el público se haga daño", señaló.
Éxito 2.0
El dueño del flequillo que quita el sueño a miles de adolescentes reconoce con humildad ser una persona "normal y corriente, como otros muchos", a la vez que pone el foco de su fama en la Red: "Tengo que decir que sin Internet mi éxito no sería posible". "Sin esos nuevos medios sociales yo realmente no estaría aquí", ha explicado el cantante, que ya acumula unos ocho millones de seguidores en Twitter.
Como si de un discurso bien ensayado se tratara, Bieber, sin quitarse la capucha gris de su sudadera aseguró tener la cabeza "cabeza bastante bien puesta" y contar con el apoyo "de la gente que me rodea". "Creo que voy a un lugar bueno", ha añadido.
Bieber evitó el posado antes de la rueda de prensa, provocando el enfado de los fotógrafos
La siguiente parada del actual icono del pop será Barcelona. En el Palau Sant Jordi, Bieber termina su breve paso por España dentro de la gira My world tour, un show que toca a su fin después de hacer un concierto cada tres días desde el inicio de la gira, el 23 de junio de 2010.
Entre las canciones que cantará en el Palau Sant Jordi —que ha agotado las 18.000 entradas a la venta—están Love me, Up, Somebody to love y Baby, convertida ya en un himno generacional.
En la capital catalana esperan desde el 1 de abril más de 40 jóvenes acampados —en su mayoría chicas— en los alrededores del Palau haciendo cola para ver el miércoles a la joven estrella.
Con una organización bien engrasada y con el consentimiento de sus familias, van anotando el orden en el que irán entrando al recinto una vez que se abran las puertas.
A Bieber le ha alcanzado el éxito antes de llegar a la mayoría de edad y con el paso de niño a hombre aún en ciernes. Los interrogantes sobre su futuro parece resolverlos teniendo claros sus objetivos: "Mi sueño es tener una buena familia y una carrera larga y exitosa".
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